domingo, julio 02, 2006

PACQUIAO RETUVO SU CORONA SUPERPLUMA

Manny Pacquiao dio a los aficionados de su país muchos motivos para ovacionarlo, el domingo, al derrotar por decisión unánime al mexicano Oscar Larios, para retener su título superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). En el mismo escenario donde se enfrentaron Joe Frazier y Muhammed Ali hace 31 años, el filipino de 27 años dio muestras constantes de su velocidad y poderío durante el combate a 12 asaltos. Derribó a Larios dos veces, para mejorar su foja a 42-3-2. "Si alguien quiere cerveza, yo invito", dijo Pacquiao, jubiloso, en una conferencia de prensa.

Entre los patrocinadores numerosos del púgil figura una marca de cerveza. Los dos contendientes admitieron que se alejaron de sus estrategias iniciales. "El plan era que yo resolviera la pelea pronto, pero yo decidí no apresurarme, siempre y cuando estuviera arriba en los puntos", dijo Pacquiao, quien no tenía en el rostro huella alguna del combate. "Algunas veces, si uno se precipita puede tener problemas, porque el otro puede noquear". La mayoría de los analistas esperaba que Pacquiao comenzara con todo el combate, en busca de un nocáut temprano. Sin embargo, Larios pareció ganar dos de los primeros tres episodios. El mexicano aceleró el ritmo en el comienzo del tercero y propinó al filipino un potente gancho de izquierda que lo envió contra las cuerdas y lo hizo tambalear. "Pensé que lo tenía, y dejé de prestar atención a mi esquina", relató Larios. "Manny me venció con su velocidad. Ha mejorado mucho". Pero el filipino soportó la ofensiva y abrió una herida en la ceja izquierda de Larios, en ese mismo asalto. Una andanada de golpes hizo que el mexicano, de 29 años, redujera el ritmo a medida que el combate avanzaba. Pacquiao tomó el control en el sexto episodio, mediante varias combinaciones efectivas que hicieron daño a Larios y volvieron a abrirle la cortada. La multitud enloqueció cuando un gancho de derecha hizo caer a Larios (56-5-1), sobre una rodilla, en el comienzo del séptimo asalto. Había especulaciones de que los apoyos comerciales que Pacquiao había recibido tras imponerse al también mexicano Erik Morales en enero, además de la vida nocturna y el corto entrenamiento seguidos por el filipino afectaran su desempeño si el combate se alargaba. Pero Pacquiado mostró una fortaleza inesperada. Seguía lanzando golpes en las postrimerías de la contienda, y derribó al mexicano cuando restaba menos de un minuto de hostilidades. Larios se levantó y Pacquiao trató en vano de noquearlo. Los jueces dictaminaron 117-110, 118-108 y 120-106, en favor del filipino.

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