Hace dos décadas que en Puerto Montt no se disputaba una pelea profesional por un título nacional de boxeo. Por ello, se esperaba un gran marco de público en las dependencias del Gimnasio Municipal de calle Lota y una gran velada de boxeo arduamente disputada en cada una de los 10 rounds pactados para el combate.
No obstante, sólo alrededor de 200 personas se dieron cita en el coliseo más importante de la capital regional, para ver la disputa del título superpluma de Chile.
Un público asistente que, pese a todo, desafió la fría noche puertomontina y vivió con intenso entusiasmo cada una de las cinco peleas preliminares al desafío estelar y más esperado de la noche, entre el natural de Río Bueno, ya avecindado en Puerto Montt, Marcelo Carrasco, y el oriundo de Osorno, Claudio Aguilar.
Contrario a lo que se pensaba, ambos contendores evitaron las especulaciones y el estudio desde el primer round, y salieron decididos a golpear a su rival para cimentar el camino al título.
En ello, Carrasco dio las primeras señales, mostrando una ágil combinación de golpes y juego de piernas, durante los primeros cinco rounds, que descolocaron el juego de Aguilar, ya que siempre fue hacia adelante.
Esto llevó al osornino a refugiarse constantemente en las cuerdas y a confiar en los fuertes y precisos golpes de izquierda y derecha (su principal virtud), para contrarrestar el sostenido ritmo del púgil de Río Bueno. Táctica que por momentos dio resultados para desgastar a su rival, pero que de ningún modo le ayudó para conseguir los puntos necesarios para quedarse con una pelea, que a contar del séptimo round parecía ser para cualquiera.
Los dos últimos round fueron "a muerte". Con ambos púgiles buscando el milagro del knock out y con Carrasco tratando de confirmar la ventaja obtenida. Pronóstico que se confirmó con la campana final y el veredicto de los jueces: 99-93,98-96 y 99-92. Puerto Montt tiene campeón.
Diario El Llanquihue.
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